martes, 25 de agosto de 2015

Sonar

En los silencios de la música
se escucha claramente una tormenta que cae
en alguna parte donde siempre llueve.
El hombre pájaro pasó frente a mi casa
como cada día a esta hora,
dijo que somos un sonar y nuestra
alma es un valle. El sonido es invisible y
reverbera en una frecuencia que no somos capaces de escuchar.
En las cuencas de nuestro valle, quizá allá lejos,
los cambios ocurren, se desgarra un acantilado,
un árbol cae y hace ruido
aunque nadie lo escuche.
Nuestra alma es un valle, dijo,
un valle lleno de recovecos,
en algún lugar ha llovido durante todo este tiempo.
El diluvio
continúa
y los animales se ahogan en lo profundo de las barrancas,
la crecida los toma por sorpresa, y a los hombres también,
construyeron su casa a la orilla del arrollo quieto.
El agua brilla en el fondo de un pozo seco.
Los riscos más altos se volverán islas
y algún día volveremos a encontrar tierra o crecerán nuestras aletas.
El agua amplifica los sonidos y sobreviviremos en la corriente
hasta varar en la costa. Ahí, finalmente,
alguna criatura erguida utilizará su bisturí
para comprobar nuestra causa de muerte.-
Reventaron por dentro.

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